Hay una superstición en Rusia que dice que si te ha tocado un billetito del número “feliz”, es decir la suma de las primeras tres cifras es igual a la suma de las otras tres, si te lo comes, puedes pedir un deseo.
Pues, aquí estoy, pidiendo un deseo y comiendo este billete de autobús! Siendo niña, cada vez que viajaba en el autobús, buscaba billetes “felices”. Ahora en Moscú han cambiado el sistema de pago y ya son tarjetas magnéticas, ya no se puede comerlas y no hay estos momentos de felicidad. ¡Esa globalización!
Pero en Kazan, donde estuve de viaje, sí que todavía funcionaban estas antiguas máquinas y se pagaba por el transporte como cuando era niña. Se puede decir que he viajado en el tiempo y ¡me ha tocado la lotería!
A Vita este año, al cruzar el Volga en una balsa, también le ha cocado un billete ” feliz”.