En la foto vemos a la novia, una chica rusa, del tanguero con más talento de nuestra actualidad, Sebastian Arce, de Buenos Aires. Por cierto, ya desde hace más de 7 años Sebastian vive en Rusia, adonde se trasladó desde Paris, donde vivía antes de conocer Rusia. Algo me dice que la estrella del tango argentino ha elegido Rusia no sólo por sus mujeres.
Tango en Rusia empezó a popularizarse en el año 2000 y ahora podemos decir casi con total seguridad que la comunidad de tango más grande y fuerte está en Rusia, claro está, después de la de Argentina. ¡Es sorprendente! Tango argentino tiene su ideología, su filosofía. Los apasionados de este baile creen que esta filosofía es un cierto ejemplo a seguir en las relaciones entre mujeres y hombres. Es algo innato, lo que estaba antes de todo, antes del machismo, antes del feminismo, antes de nada. Os lo voy a explicar en los términos del baile y vosotros lo pasáis a nivel de las relaciones de género.
Bueno, tango argentino, el baile, siempre está improvisado, no hay ninguna coreografía fija y ensayada. El hombre lleva a la mujer, le enseña donde tienen que ir los dos juntos: adelante, atrás, a hacer un cruce, un baleo o un gancho… La mujer no anda y no hace figuras sin la invitación del hombre. La mujer no tiene que pensar adonde ir y qué hacer. Es el hombre quien se ocupa de no chocar con otra pareja o una mesa. Es él quien se responsabiliza por la seguridad de ambos. Ella se deja llevar por él, confía en él completamente. Se deja llevar por el sentimiento, por la ternura y se limita a hacer las figuras, a las que la conduce el hombre, de la manera más elegante. La mujer muchas veces baila con los ojos cerrados, lo que tiene que hacer es sentir al hombre y escuchar la música.
Pero! A pesar de que es el hombre quien lleva y determina el camino y el dibujo del baile, él siempre la acompaña a ella en el camino que ha dibujado. El hombre no da ni un paso, sin estar seguro de que la mujer le entiende y le sigue. La invita a hacer una figura – se asegura de que la mujer le entiende y le sigue – y la acompaña. Si la mujer no ha entendido bien su impulso y ha dado un paso en otra dirección, el hombre siempre la acompaña en esa otra dirección. Al fin y al cabo, el hombre dirige, pero siempre acompaña. De esta forma el hombre y la mujer siempre están compenetrados, siempre juntos. La mujer se deja llevar pero está segura de que sin que ella dé un paso, el hombre no se moverá. Así es este baile y así lo enseñan en la academias de tango.
En este vídeo vemos tango argentino interpretado por Anastazia Izvekova e Ivan Tarkhanov en el anual festival de tango ”Matreshka” en Moscú organizado por el mejor tanguero del mundo Sebastian Arce:
— con Anastazia Izvekova