¿Por qué las rusas son tan guapas?

¿Por qué las rusas son tan guapas?

Siempre me ha parecido más un cumplido que una pregunta. Pero, y si de verdad es algo que salta a la vista, sería interesante reflexionar sobre ello. Y así lo hice….

Al parecer en Rusia siempre ha estado presente el culto irracional a la belleza femenina. A las mujeres guapas las destacaban, las honraban, las convertían en zarinas o favoritas, les hacían regalos caros. Desde los tiempos antiguos el pueblo ruso animaba a las mujeres a sobresaltar su belleza. Tanta variedad de joyas y adornos que tenían las mujeres, aunque se tratara de una simple campesina, no la había en ningún otro país, quitando las tribus africanas.

Lo más interesante es que, en cualquier periodo de la historia rusa como guerras, cambio de dinastías reales, del régimen político, reformas eclesiásticas…, dicho culto a la belleza femenina nunca cayó en desgracia. Siempre ha sido un valor intacto durante cualquier zar, patriarca o gobierno. Las mujeres guapas nunca han sido reprochadas o condenadas por su belleza. Al contrario, las admiraban. Y ellas a menudo se aprovechaban de su hermosura para conseguir sus propósitos y siempre lo lograban.

En la sociedad rusa nunca se reprobó que una mujer utilizara sus encantos para conseguir lo que ella quería. Ojo, eso no tenía nada que ver con la “profesión más antigua del mundo”. Al revés, es muchísimo más joven en Rusia. No hay testimonios históricos de que la prostitución existiera en la sociedad rusa antes del siglo XVII, o sea, antes de que Pedro el Grande “abriera la ventana a Europa”. Conocemos la existencia de las favoritas de los zares y de los nobles pero aquellas mujeres gozaban de gran respeto y se consideraban de una alta posición social. Al parecer las mujeres “perdidas” todavía no existían por entonces.

Y posteriormente al siglo XVII la belleza de la mujer la protegía de todo tipo de desgracia. Cuanto más guapa era la mujer, más fácil le resultaba encontrar un marido o un protector para evitar vivir en la miseria. La belleza siempre ha sido un don de Dios, el objeto de admiración y nunca de reprobación.

Este valor cultural no ha desaparecido durante el período soviético y se conserva hoy en día. Las mujeres rusas modernas, igual que sus bisabuelas consideran que tratar de ser femeninas y guapas es algo natural. Eligen minuciosamente su forma de vestir, se maquillan con maestría, cuidan sus manos, su piel y el cabello. De pequeñas lo aprenden de sus madres sin ningún tipo de esfuerzo. Las niñas crecen en una sociedad, donde las mujeres intentan destacar su femineidad. Por supuesto los gustos son muy distintos y lo que es bonito para una puede que no lo sea para otra. Pero a todas les une lo mismo: todas tratan de ser guapas conforme a sus criterios de belleza y transmiten esta filosofía con naturalidad a sus hijas.

Así se mantiene la continuidad y la vivacidad del culto de la belleza femenina. Las mujeres rusas en general simplemente no se imaginan que pueda ser de otra manera. Y da igual qué carrera laboral ella decida hacer, sea actriz o una científica: ser una mujer cuidada y bella es algo indiscutible y lógico para ella. Sin duda alguna es un valor importante. Y cualquier mujer sabe que cuanto más guapa sea, más fácil le será conseguir lo que quiere. Y hasta hoy día las mujeres no se cortan para ser especialmente femeninas y guapas cuando van a conseguir lo que quieren. Los hombres rusos conocen muy bien estas “armas de mujer” y siempre tienen dos opciones: rendirse o resistirse ante su encanto, todo depende de la situación. Pero nunca los hombres y los poderosos han intentado prohibir a las mujeres utilizar sus “armas”. Al revés, los hombres rusos les están muy agradecidos por ello.

Y aquí está la respuesta: si algún fenómeno se mantiene y se aviva durante siglos y no se censura nunca, siempre seguirá vivo, mejorando y prosperando con los años. Quizá podemos decir que la belleza femenina es un patrimonio cultural de Rusia.
Vitalia Shauro

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